Los frutos secos y concretamente las almendras fritas son un vicio. Cada vez es más habitual encontrarlas en las grandes superficies, pero la verdad es que no saben igual que cuando las preparamos nosotros en casa. Creedme, vale la pena. Están buenísimas. Además, la receta es muy sencilla y la clave está en el momento de freírlas. Son ideales para acompañar el aperitivo, los quesos, el jamón, etc. Una delicia.

INGREDIENTES
125g de almendras crudas
Aceite de oliva 0,4
Sal
PROCESO
Como os decía la receta es muy sencilla. La clave está en encontrar el punto clave de la almendra frita y evitar así que se nos quemen. Para ello, en primer lugar cogemos una sartén y añadimos un buen chorro de aceite de oliva. Calentamos a fuego medio y cuando esté listo le añadimos la almendra. Con la ayuda de una cuchara de madera removemos constantemente para evitar que se nos quemen y así que se doren por todas las partes por igual. El tiempo aproximado son cerca de 4 minutos , dependiendo de la intensidad del fuego. Preparamos un plato con papel absorbente. Pasado este tiempo retiramos del fuego la satén y sacamos las almendras. Quitamos el excedente de aceite con el papel absorbente y las repartimos bien. Espolvoreamos con sal fina y dejamos que se enfríen. Una vez estén frías podemos guardarlas en un recipiente de cristal para que se conserven perfectamente. Aunque probablemente no durarán mucho.
