Por Otilio Haro
Encontrar un Cava así, de este nivel y además, siendo el básico por precio de la bodega, te hace doblemente feliz. Sabes que hay recurso garantizado. Sus hermanos mayores, con sus botellas especiales, por forma, ya me han hecho disfrutar en otras ocasiones. Pero aquí, es como haber descubierto la radio en color.
Son 12 euros y, con sus santos huevazos, me ofrece un carbónico fino e integrado, con aromas de por medio a fruta blanca con puntas maduras y tostados tanto de avellana como de cereal de galleta. Su trago es fino por ese carbónico apuntado, seco, pese a un deje ligeramente almibarado, con cierto volumen y volvemos a la sequedad mineral de inmediato. Incluso un pelín amargoso.
Desde luego es un magnífico espumoso gran reserva. Añada 2017 elaborado con el trío más habitual; Xarel.lo (Pansa Blanca), Macabeo y Parellada. Vale más de lo que cuesta. No conozco mejor frase como aficionado.
