Este vino ancestral es una locura y se bebe como tal. Sin pausa ni cuartel. Viva ese carbónico de única fermentación.
Variedad local la Tinta Velasco elaborada, dicen que accidentalmente, como todo lo grande, por Samuel Cano. Rosado de aspecto turbio, con aroma justo, en cuanto a medidas, de confitura de fresa… y otras notas de avena, ese toque que es una constante también en sus otros blancos naturales.
Densidad en boca y magnífica acidez. Muy gustoso y sabroso. En torno a los 12 €. Juzguen ustedes.