Por Otilio Haro
No apto para impacientes (como yo). Un vino en el que no pesa sólo el continente, la botella, pues es oscuro y poderoso. Todo indica guarda. Con mucha fruta negra, tinta china, café y un afortunado fondo de laurel.
En boca muestra esa potencia, apunte ahumado y caramelizado, se le aprecia ya elegancia, pero su larguísimo recorrido hablará. Su postgusto es largo de cojones… Estamos en la franja de los 30 €.
