Este fin de semana celebramos un evento familiar que bien merecía la pena sacar lo mejor a nuestros invitados. Un día agradable, rodeados de nuestra gente. Amigos y familiares estuvieron a nuestro alrededor. Abrimos el evento con un vino que encajó muy bien con los aperitivos de la noche. Un vino blanco, refrescante, repleto de matices, que a todos los allí presentes les encantó. Un vino de Bodegas Sebirán. Blanco Tardana.
Bodegas Sebirán es una bodega centenaria dirigida por nuestro buen amigo Ken Wagener, un afro-alemán que está realizando un gran trabajo desde que en 2007 tomó las riendas de la bodega. Una bodega situada en la D.O. Utiel Requena, más concretamente en la pedanía requenense de Campo Arcis.
Sus vinos se clasifican según letras. T, Z, C, J y C minúsculas son algunos de ellos. Pero hoy me gustaría destacar el valor que Bodegas Sebirán le ha otorgado a uno de sus vinos, apostando por una uva tradicional y autóctona de la zona.
Nos referimos a la uva Tardana. Una uva que da racimos grandes de piel gruesa que como dice su nombre es tardía, es decir, que su vendimia se realiza a finales e incluso principios de año. De hecho, según nos cuenta Ken que es la uva que tradicionalmente se utilizaba para celebrar el fin de año. Es un vino fácil de beber, fresco y con muchos matices.
De un color suave pajizo con tonalidades doradas. Su aroma de intensidad media-alta en nariz, con un perfil muy tropical, con notas de plátano, melón, ciruelo amarillo muy maduro y manzana Golden. En boca es fresco y equilibrado, dotado de buena estructura y persistente, muy fácil y agradable de beber, de trago largo.
Un vino ideal para maridar con todo tipo de aperitivos, foie, ahumados, quesos azules, escalibadas, ajoarrieros , etc.
La ocasión lo merecía.