Por Otilio Haro
Si por algo voy a recordar sobremanera esta nueva edición de la gala Amics de la Gastronomía, es por habernos traído al productor riojano Paco Oliván, conocido de sobra por todos aquellos que visitan esta página asiduamente, pues algunos de sus vinos ya se han comentado. Darle personalmente el merecido premio y que tenga el reconocimiento justo, fue toda una satisfacción. Este señor de aires norteños, luego secos y duros, no es más que una persona afable. Eso sí, firme en sus convicciones. Dueño de una bodega pequeña aunque con alma de grande. Porque las cosas por ahí arriba se hacen así. El escenario, nada más y nada menos, La Rioja, lo exige. Sus dos hijas están ahí, detrás por respeto y sólo en apariencia, pues cada una cumple con su rol, por lo que este bodeguero de raza, puede estar tranquilo. Si a esto sumamos una gran enóloga que se la rifan y que es parte ya de la familia, no hay más que cerrar el círculo.
Los cuatro vinos elegidos fueron un acierto. Y ya no por lo organoléptico. Más bien por exponer atrevimiento y tradición. Sus referencias son muchas más, y puedo constatar de que todas están a un alto nivel. Aquí voy más por un par de uvas, hasta hace nada, inverosímiles. Un Sauvignon Blanc y un Chardonnay. Variedades francesas recurrentes en otras zonas pero que en La Rioja, más celosos de lo suyo, casi no hay ejemplos. El primero salió a escena junto al rosado. Aromático uno, atractivo el otro. Exuberante el blanco y goloso el rosado, elaborado éste con Garnacha. En el siguiente acto, el representativo de la D.O. El niño bonito. El Tempranillo con nombre La Oración. Fruta roja madura y conjunto fresco por su medida crianza. Menos roble que sus competidores. Y eso a algunos, nos pirra. Se compaginó con su penúltima creación (Ya os adelanto que la última se está rumiando 😉) su Chardonnay fermentado en barrica. Un vino que cuenta con una legión de seguidores en escasamente dos añadas de vida. Es graso, envolvente… y con potencial. A los quesos le fue de maravilla.
Este señor me conquistó por sus vinos. Por ofrecerme un punto diferenciador. Hoy, somos amigos.
