Por Otilio Haro
Su color no denota su edad. Su aroma tampoco. Pero es que su boca menos aún. Viñas del Vero sacó en su momento uno de los grandes vinos blancos españoles. El celo alrededor de las variedades que lo componen aún se mantiene. Puedes especular, como es el caso de éste 2013. Donde se aprecia alguna evolución asociativa a la reina centroeuropea, pero nada más. Hay frescura a raudales. Con unos herbáceos limpios que te acompañan también en el trago. Su tonalidad no ha llegado al dorado que se le pide por edad. Lo que hace ver su entereza, por otra parte. Hay notas de melocotón, de hierba seca, caramelo de limón y esas leves notas de hidrocarburos comentadas; goma, combustible… Llena la boca de todo ello. Tiene el volumen ideal. Te envuelve. No abandona esa frescura y acidez que te dejan claro que es de guarda de verdad. A partir de aquí las rarezas irán creciendo. De ahí que su momento sea ahora. No vayas a perder la frescura que coge de la mano una complejidad imparable.
El precio en tienda en añadas más actuales ronda los 18 leuros. Yo lo guardaría mínimo un par de años y dusfrutarlo con un guiso de otoño, como ha sido el caso; setas, garbanzos y bacalauuuuuu…
