DISCURSO DE VERANO EN SAITI. DE VICENTE PATIÑO

Vicente Patiño presenta su nueva carta de verano. Discurso de Verano es el nombre con el que nos la dio a conocer el pasado miércoles. Adentrarte en Saiti es tocar la fibra sensible. Nada más entrar nos encontramos con una frase que define las raíces de este gran cocinero. Cultura, sabor, tradición, innovación, producto, ilusión, sueño o respeto, son algunas de las experiencias que pudimos sentir en su casa.

Comenzaron las primeras conversaciones con el resto de comensales. Unos encurtidos para abrir boca. Sabor a tradición, a almuerzo típico valenciano nos hace sentir como en casa. El buen ambiente entre los allí presentes se hacía sentir. Un local cálido, rodeado de libros, con detalles clásicos. Madera, tonos neutros y un sofá, la clave para envolvernos.

La imagen puede contener: personas sentadas, tabla e interior

Enfrente, una cava  que se funden con la decoración del local. Vicente cuida hasta el último detalle.

La imagen puede contener: interior

Antes de empezar a cenar sale a la sala para explicarnos todo lo que vamos a poder conocer esa noche. Nos confiesa que no es un hombre de muchas palabras pero se aprecia. Se desenvuelve con total fluidez, esta en casa. Insiste en el producto, en la tradición, en las raíces. Tiene muy en cuenta los productos de temporada para introducirlas en su menú.

La imagen puede contener: una o varias personas

Albahaca-tomate-piñones
Espárrago, emulsión de yema de huevo y láminas de tocino ibérico

Ostra, peso de tomates secos y aji

Aspic de gamba roja, hinojo marino y macadamia
Pepito relleno de titaina y cubierto a atún
Txangurro, cacao del collaret y celerí
La imagen puede contener: comida
Raya del Mediterráneo, mantequilla negra y encurtidos

Maki de ternera guisada, romesco y mahonesa de anchoas

Chantilly de vainilla, frambuesas y vinagre

Albaricoque asado, mantequilla dulce y hierba luisa
Una noche inolvidable donde afloraron sensaciones dignas de las mejores veladas. Texturas, sabor, intensidad, sutileza entre otras pasearon aquella noche por Saiti. Cada plato, Vicente lo hizo especial. Hizo que todo se orquestara como es debido, para que tuviera sentido. Tuvimos el placer de conocer toda la sensibilidad de Vicente Patiño. En Saiti hasta el último detalle tiene su protagonismo.



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