Por Otilio Haro
Nos vamos esta vez a lo nuevo, a lo diferente y, naturalmente, a lo escaso. Hablamos de un vino tinto de Villarrobledo. Lugar de grandes volúmenes pero también, como es el caso, de sensibilidad. Porque historia vinícola le sobra. No todo tiene que ser despensa y granel para el resto cuando les falte uva. Ni tampoco, elaboraciones de un gusto clásico para satisfacer meramente a aquellos que quieran reservas low cost. Tierra de prestigio merecida en tinajas, por las que pasa el Bvscón. Se emplean cuatro concretamente del maestro José Gimena en las que descansa 5 meses después de la maceración carbónica. Hay poca extracción, que da como resultado un color abierto y luminoso, de capa media. Aromas de fruta roja fresca y licorosa al fondo, con notas de tierra seca y especias. Hay monte. En boca es un delicia. Es sápido y jugoso. Muy fresco y juguetón por momentos. Mineral. Con muy buena acidez que te hace salivar durante largo rato.
Su presentación es buenísima. Con una botella achatada, etiqueta de aire literario, como su propio nombre, tapón de cristal y lacre, que aunque sintético, contribuye a esa imagen de calidad. La añada de este Bvscón II parte es la 2020, y su precio está sobre los 18 euros. Es fácil conseguirlo, así que suerte y empeño en ello.
