Por Otilio Haro
Jorge Ordoñez no falla. Y el ojo que puso en Rueda, trae este vino que se ciñe a cómo se conoció la denominación de origen. De color amarillo dorado con reflejos verdosos que mantiene aún con su año en botella. Es un 2018. Aroma intenso y tremendamente fresco, cítrico y herbáceo; hinojo… fruta jugosa y carnosa; corazón de manzana, albaricoques… Buena entrada en boca y mejor paso, con unos matices florales y herbáceos refrescantes, paso algo graso, muy mineral y amargoso, seco… Desde luego todo ello contribuye a ese final contínuo. La prueba fehaciente de que Rueda dio y da, estupendos blancos. Su precio está en unos 9 €.
