Por Otilio Haro
Orovelo es el blanco de La Niña de Cuenca. Una bodega original no sólo en nombre. Elaborado con uva Albilla, de la que podríamos decir que es la Albillo castellana versión manchega, con sus características particulares. Fermenta y se cría en tinajas de barro de 1000 litros. Todos los vinos de esta casa se someten a tinaja. Técnica que afortunadamente se va extendiendo, sobre todo, por estas latitudes.
El vino en sí es una delicia. No esperes intensidad y tampoco sutileza. Es austero. Con una tonalidad pajiza y reflejos ocres. Aromas de hierba soleada, fruta de hueso y cierta mineralidad. La entrada en boca es fresca, un aire de boca pleno, con un tacto levemente graso, es sabroso, pues la fruta carnosa también se siente, de final salino…. Sobre todo, es su conjunto balsámico su mayor valor. Deja nariz y boca limpias.
En cuanto a precio, hablamos de 15 €. Una cifra que cuando se trata de originalidad y diferencia, es asumible total.
