Seguro que alguna vez ha escuchado a su madre o la abuela que nos decía que los viernes de Cuaresma no se podía comer carne. La Cuaresma supone los 40 días que hay entre Carnaval y Semana Santa. Somos un país de tradiciones que influyen directamente en nuestras costumbres y estas están directamente relacionadas con la gastronomía.
Como os estaba diciendo, en época de Cuaresma la tradición religiosa dictaba la “vigilia” o prohibición de comer carne, que se extendía a todos los viernes del año. Podemos estar de acuerdo o no con estas tradiciones, pero lo que no podemos negar es que gracias a estas han surgido recetas impresionantes, combinando ingredientes diferentes a la carne.
Una de las recetas con legumbres más típicas de estos días es este potaje de garbanzos, que se acompaña de las espinacas o acelgas (verdura en temporada) y el bacalao.
INGREDIENTES (para 2 personas)
200 g de garbanzos secos
100 g de alubia blancas
150 g de acelgas o espinacas aprox.
1 lomo de bacalao desalado
1 tomate de pera
1 patata media
2 huevos duros
1 ajo
1 puñado de almendras asadas con piel
1 cdta de pimiento dulce
1 cda de bicarbonato
aceite
sal
ELABORACIÓN
En primer lugar tenemos que poner en remojo los garbanzos la noche anterior con agua y una cucharada de bicarbonato o sal. Las alubias también los pondremos a remojo pero sólo con el agua. Al día siguiente los sacaremos del agua. También hemos de cocer un par de huevos durante 6-7 minutos.
Cogemos la olla a presión y ponemos en primer lugar las alubias con agua. Vamos calentando el agua y comprobaremos que las alubias dejan un poquito de espumita, así que la retiramos. A continuación ponemos los garbanzos, las acelgas y una patata cortada en pequeños trozos. La patata nos ayudará a espesar el guiso. Mientras el agua se calentando vamos preparando el sofrito.
Para el sofrito rallamos el tomate y la sofreímos. Mientras picamos un ajo con las almendras y las añadimos al sofrito. Finalmente ponemos una cucharadita de pimentón dulce en el sofrito y retiramos enseguida. Lo vertemos en la olla.
Cubrimos de agua los ingredientes un par de dedos por encima de ellos. Rectificar de sal y cerramos la olla. Dejemos que pite durante 30-40 minutos. Una vez la olla ya se haya enfriado la abrimos, cortamos los huevos en láminas y lo añadimos. Hacemos lo mismo con el bacalao.
El resultado es impresionante y el sabor que deja el bacalao es muy agradable al paladar