Por Otilio Haro
Dice mucho más que toda esa suavidad aparante. Es fresco y floral. Luego, limpio, delicado y elegante. Su color es de un amarillo con reflejos acerados. Aromas de fruta de hueso como albaricoques maduros, rosas blancas, hierbas y unas notas balsámicas que es lo mejor a continuación en ese aire de boca. La cual resulta refrescante con un agua de flores y unas hierbas finales. El resultado es un vino con una fragancia muy fina que deja más huella de la esperada. Por lo tanto es engañoso. Como así atestigua su postgusto. Le podemos cantar lo de “Este portugués, qué bueno es”.
Añada 2019 que aproximadamente cuesta unos 8 euros.
