De vez en cuando es necesario hacernos un homenaje. Estamos haciendo grandes esfuerzos por sobrevivir en estos tiempos de crisis pero a veces no nos podemos resistir y necesitamos salirnos de la rutina y hacer un esfuerzo extra que después seguro que nos compensará. Por eso mismo, decidimos que nuestro capricho fuera un solomillo vacuno añojo.
Todos sabemos que la carne de vacuno es la más apreciada, ya sea de vaca, ternera o buey. Cuando hablamos de añojo nos referimos a una ternera o vacuno joven. Se trata del animal, macho o hembra, de entre 10 y 18 meses de edad. Proporciona una carne más desarrollada y por tanto más sabrosa que la de la ternera lechal. De entre todas las categorías el solomillo es la pieza considerada de mayor calidad en el mercado y por tanto su precio también es el más elevado.
Todos sabemos que la carne de vacuno es la más apreciada, ya sea de vaca, ternera o buey. Cuando hablamos de añojo nos referimos a una ternera o vacuno joven. Se trata del animal, macho o hembra, de entre 10 y 18 meses de edad. Proporciona una carne más desarrollada y por tanto más sabrosa que la de la ternera lechal. De entre todas las categorías el solomillo es la pieza considerada de mayor calidad en el mercado y por tanto su precio también es el más elevado.
Esta vez lo hemos cocinado a la plancha y lo hemos acompañado con unas patatas paja. En primer lugar debemos tener la plancha bien caliente. Añadimos unas gotas de aceite y a continuación marcamos el solomillo, es decir, le damos vuelta y vuelta al principio para sellarlo y así evitar que pierda un exceso de agua y por tanto parte de su valor nutritivo. En cuanto a la sal, debemos esperar a que los jugos ya estén saliendo, para que la sal se reparta de forma más homogénea por toda la carne. Respecto al tiempo de cocción va a depender del gusto de cada uno.
Yo prefiero que la carne esté poco hecha o al punto, porque así evitamos que se reseque. La sensación en cada corte, es como cuando partimos un trozo de mantequilla y nos lo llevamos a la boca. Se deshace. Si además lo regamos con un buen vino, mucho mejor. El precio va a depender del peso de la pieza, pero los 8 o 10 euros por persona no nos lo quita nadie.
Yo prefiero que la carne esté poco hecha o al punto, porque así evitamos que se reseque. La sensación en cada corte, es como cuando partimos un trozo de mantequilla y nos lo llevamos a la boca. Se deshace. Si además lo regamos con un buen vino, mucho mejor. El precio va a depender del peso de la pieza, pero los 8 o 10 euros por persona no nos lo quita nadie.
Fotografía: Santiago Hernández
SUMMARY: yearling beeftenderloin. A pleasurefor the palate. A meat that melts in your mouth and everyone should try once.