Por Otilio Haro
“Tradicionalmente, los claros de cuba eran los vinos más preciados, más aterciopelados y delicados…”
Así nos reza de inicio la contraeetiqueta. Y desde luego que cuenta con finura. Aunque la va a desarrollar mucho más.
Si te va la marcha, atácale ya.
De color rojo granate con la capa subida y orilla luminosa. Glicérico tal como demuestra al agitarlo. Aromas de fruta madura y notas terrosas, de cacao, y especias tipo clavo y pimientas, balsámico laurel… En boca es delicioso. Rico y con nervio a la vez. Tiene esa grasa y lácteos que lo hacen amable. Es envolvente. Taninos vivos y con algún amargo que indican recorrido. Es sabroso y en conjunto, elegante.
Un Ribera del Júcar top. El tope de gama de la cooperativa, desde luego. Alcanza los 19 € y esta añada 2016 la seguiremos viendo durante un tiempo, puesto que por aquí la cosa no corre tanto.
