Un vino peculiar monovarietal de Tintilla, autóctona de Cádiz, en suelos de albariza. Sorprende su carácter atlántico.
Frutilla roja, especias y minerales por un tubo, con tostaditos y amargos en su postgusto. Sequedad, tanino directo a encías sin abrasar.
Sin embargo, lo que más me embriaga y lo que distingue son unos tostados que asocio más a quemados. Subjetividad, quizá. Como todo este mundo.
De precio ronda los 13 €.
