Por Otilio Haro
Rico y noble vino de Toro. Un 2015 bebible. Si… le falta botella, vale, pero al menos no está duro como una piedra tal y como sucede con sus vecinos Ribera.
Muestra amabilidad a modo de fruta negra madura, especias y taninos finos. De cubierto color con la orilla estrecha y amoratá. Notas de de ciruela, cacao y laurel. Ese fondo balsámico ayuda mucho.
En boca es amplio, voluminoso, con todavía cierta astringencia que le da viveza y persistencia. Sin embargo es fino como decía, con postgusto dulce-amargo de regaliz. Un deleite con un entrecotte de novillo argentino. Sus 14 € de media lo hacen más deseable.
