Por Otilio Haro
Una de las buenas cosas que tiene hacerse mayor es que cada vez te gusta más lo predecible. No lo veo malo, pese a parecerlo. Simplemente asocias localización, uvas… Agitas… y listo. Un vino tremendamente agradable, equilibrado y rico. De marcado carácter Mediterráneo. Con un aire bien fresco. Elaborado en su mayoría con Syrah, y acompañado por Murvedre (Monastrell) y Carignan (Cariñena). De color anda cubierto, con un borde cardenaĺíceo brillante. Aromas de fruta pasa , notas de pimienta negra y monte bajo. Pasa por boca envolvente y sabroso, con taninos amargosos y dulces. Me parece un estupendo contraste rollo algarroba muy interesante. El conjunto es más fresco que otra cosa. Pese al perfil especiado no hay nada de madera.
Estamos ante crianza en depósito y a merced de las variedades.
Añada 2019 que alcanza en tienda los 14 lereles. Me parece un tinto ideal con nuestros arroces de carne.
