Si ha habido un dulce que ha triunfado este año en muchas ciudades medio mundo este ha sido el New York Roll. En ciudades como Nueva York, Londres, París, Singapore o Sydney ha sido todo un éxito. Por aquí empezamos a ver como se va instaurando. No sé si será una moda pasajera o vendrá para quedarse. Lo que si que es cierto es que prepararlo con los niños de la casa es un festival y no tiene demasiada complicación. El New York Roll es un dulce elaborado con masa de cruasán con forma redonda, relleno y cubierto de cremas dulces. Una bomba de relojería. Si os parece os explico mi versión de New York Roll que preparé con los niños de nutella y avellana.
INGREDIENTES
1 lámina de hojaldre con mantequilla rectángular
Nutella
Avellana picada
1 huevo
2 aros de acero
1 manga pastelera
1 boquilla alargada
PROCESO
En primer lugar vamos a precalentar el horno a 200ºC. Desplegamos la masa de hojaldre y con la ayuda de un aro de cocina y un cuchillo empezamos a marcar el hojaldre como veis en la imagen a modo de tiras de la amplitud del aro.
Empezamos a enrollar las tiras de hojaldre. Cuando tenemos una fila la unimos con la siguiente hasta conseguir un diámetro que sea casi del tamaño del aro. Con una masa rectangular vienen a salir dos o tres New York roll, dependiendo del tamaño de este.
Una vez dentro del molde pintamos con un huevo batido y metemos en el horno con una superficie que lo cubra para que el hojaldre no se suba. Yo les puse un pírex de cristal y así podemos ver cuando están dorados. Dejamos unos 15 minutos hasta que estén dorados y listo.
Una vez están atemperados vamos con la parte que más les gusta a los niños. El relleno y el rebozado. Hacemos un orificio con la boquilla en la parte superior para introducir el dulce que más nos guste. Ese orificio será el que cubriremos después con la cobertura. Con la ayuda de una manga pastelera lo rellenamos de crema de Nutella, de Lotus, de Oreo, kinder o de lo que más les guste. También lo podéis rellenar con mermeladas. Y una vez relleno vamos con la cobertura. Nosotros no nos complicamos la vida. Lo untamos con Nutella y seguidamente lo pasamos por avellana. Fue visto y no visto. La excusa perfecta para estar con los peques una tarde de verano.
