Por Otilio Haro
La arruga es bella antes de que marchite. Mi escasa paciencia en esto de la guarda aún me ha llevado a poder disfrutar, en mi humilde opinión, del mejor momento posible en este vino. Todavía con cierto nervio, poniendo de manifiesto aquella fuerza de la anterior botella hace unos añitos.
De capa alta y bien cubierta, con la orilla sorprendentemente cardenalícea. Aroma embriagador, de fruta negra madura, tostados de cacao, algun lácteo y especias múltiples; clavo, laurel, tomillo, regaliz… Redondo, pleno en boca, viveza y acidez, mostrando materia… como consecuencia, postgusto prolongado. Fino y con garra. Con vida por un tubo.
Añada 2012 que cogida ahora, mitigan de alguna manera sus treinta y pico euros.
