Por Otilio Haro
Que tenemos buenos blancos es un realidad. Que tengamos buenos Chardonnay ya es otra cosa. Aunque haberlos, haylos. Y este de Bodegas Murviedro, lo es. Un vino de una única parcela procedente de Venta del Moro, con D.O. Utiel-Requena. Un blanco de guarda, fresco, complejo y con cuerpo, que un tiempo en botella, tal y como ha sido el caso, pone de manifiesto ese destino. Sometido a crianza de 6 meses en barricas francesas de 500 litros con previa fermentación también en roble. Pillado en estos momentos, su color es de un dorado briilante y gilcérico al movimiento. Con aromas de fruta de hueso, piña madura, cítricos dulces y frutos secos. Sin embargo es en boca donde más me ha gustado. Su tacto es placentero, graso… sin abandonar su frescura. Una acidez que es todo un baluarte y que deja claro su longevidad. De postgusto prolongado y rico.
Con aves me encanta.
Añada 2018. Precio alrededor de los 15 €.
